Detenido: Luis Claudio Salazar Lloclla (39)
Escribe
Enrique Vera.
Periodista.
@kiquevera.
El primer
sospechoso por el asesinato a balazos del estudiante de periodismo Fernando
Raymondi Uribe, perpetrado el domingo 9 de noviembre en Cañete, fue capturado
por agentes de la División de Robos de la Dirincri que investigan el caso.
La
detención del mototaxista Luis Claudio Salazar Lloclla, de 39 años, se realizó
a las 6:30 p.m. del martes 18 de noviembre en el centro de San Vicente de
Cañete. En el momento de su arresto, el transportista tenía droga dentro de sus
bolsillos.
La pista
de Salazar era seguida por los detectives de Robos tras el análisis de las
imágenes que registró una cámara de seguridad en el cruce de los jirones José
Gálvez y Santa Rosalía. Esa intersección está a unas cinco cuadras de la bodega
del padre de Fernando Raymondi, ubicada en la avenida 28 de Julio, donde el
joven universitario pereció baleado a manos de dos hampones.
En el
video, según informaron fuentes policiales de El Comercio, se aprecia que la
mototaxi de Luis Salazar se detiene en el referido cruce a las 8:13 p.m. del
domingo 9 de noviembre. Allí, este evidencia una cojera mientras camina
alrededor del vehículo. Así permanece durante casi ocho minutos.
En ese
lapso de tiempo, aparenta estar limpiando su unidad de trabajo mientras observa
a todos lados. Al parecer, Salazar Lloclla se pone nervioso cuando un
patrullero frena cerca de su posición. Incluso, Salazar trata de encender el
motor pero desiste al ver que la unidad policial sigue su recorrido.
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En la esquina de Santa Rosalía y José Gálvez se grabó la mototaxi. A
unas cuadras está la bodega donde murió Fernando Raymondi. (Google Maps)
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Tras
varios minutos, el mototaxista recibe una llamada, sube a la moto y desaparece
de escena. Eran las 8:20 p.m. del mismo domingo 9. A esa hora Fernando Raymondi
moría desangrado frente a su papá, Hilario Raymondi, quien en medio de su
consternación alcanzó a ver que los asesinos abordaron una mototaxi roja muy
similar a la de Salazar.
MUERTE A
QUEMARROPA
La
policía sospecha que la cámara de seguridad de la Municipalidad de Cañete captó
al detenido, en el cruce de José Gálvez y Santa Rosalía, después de que llevó
en su vehículo a los delincuentes hasta la bodega donde balearon a Fernando
Raymondi. La llamada recibida por Salazar habría sido de los malhechores para
ser recogidos a la carrera tras haber herido de muerte al periodista.
En los
minutos que el mototaxista fue grabado, aparentemente esperando la señal, los
pistoleros habrían observado la tienda e irrumpido ahí mientras encañonaban a
Fernando Raymondi y a su amigo Diego Ormeño, de 23 años, quienes conversaban en
la puerta. En declaraciones consignadas a la revista Caretas, publicación donde
Raymondi realizaba prácticas pre profesionales, Ormeño dijo que se escondió en
el interior del local amendrentado por los dos sujetos que bajaron armados de
la mototaxi. “¡Vete de acá, mierda!”, le dijeron.
Hilario
Raymondi manifestó que, alarmado por los gritos, salió y vio a su hijo siendo
apuntado por los maleantes a al menos un metro de distancia. Les indicó donde
había dejado el dinero de las ventas del día y pidió que bajen sus armas
haciendo un ademán. En seguida se produjo el disparo que perforó el pulmón
izquierdo del joven.
BORRÓ
CONTACTOS
En sus
primeras manifestaciones ante los agentes que lo capturaron, Luis Salazar se
defendió asegurando que el domingo 9 de noviembre no trabajó con la mototaxi.
Sin embargo, cuando era trasladado a su domicilio -situado en la avenida
Libertadores de San Vicente de Cañete- para el registro policial, se retractó y
remarcó que sí salió con la moto el día del homicidio.
Así lo
detalló a El Comercio un agente que realiza las pesquisas. El informante acotó
que el detenido borró de su celular a todos los contactos así como el registro
de llamadas. Por ello, la policía gestionaría en los próximos días el
levantamiento de su secreto de las comunicaciones para poder determinar qué
llamada recibió en el lapso que fue grabado.
Otra de
las medidas que recaería sobre Salazar es un examen antropométrico a fin de
comparar sus características con las que Hilario Raymondi, padre de Fernando,
recuerda del mototaxista que ayudó a los asesinos de su hijo en su huida.
Fuente: Diario El Comercio.